Bodegas Coruña del Conde es un proyecto muy sentimental que fue iniciado en 1990 por mi abuelo Alberto López Calvo, que emigró y trabajó durante casi 40 años en el mundo del vino y de la tonelería francesa en la región de Burdeos.

Era un hombre apasionado por el universo del vino, pero sobre todo era un enamorado de la tierra.

Por esta razón siempre cuidó con mucho cariño sus viñas y entorno, priorizando biodiversidad y vida para mantener un equilibrio coherente y sano. Siempre elaboró vinos vivos hechos únicamente con uva.

A finales del año 2012, Alberto falleció con 84 años, y fue entonces cuando yo decidí dejar mis actividades y seguir adelante con esta pequeña bodega artesanal familiar donde mis abuelos habían invertido tanto sacrificio, pasión e ilusión, con la ayuda incondicional de Angélica Amo López, mi mujer con raíces en Coruña del Conde también.

Mi primo Luis López Marina que siempre estuvo ayudando cuando él podía, se unió a nosotros oficialmente en el año 2019.
 Seguimos cuidando de Bodegas Coruña del Conde con mucha ilusión y cariño que intentamos transmitir dentro de nuestros vinos.
 Cada botella lleva un pedacito de nuestra alma y corazón, de la belleza del entorno que nos rodea y de la historia de nuestras familias.

Trabajamos de forma natural, desde la tierra hasta la botella, nuestra labor es acompañar el proceso natural de la uva para su transformación en vino y dejar así que se expresen plenamente nuestros terruños.

Los Comienzos

Alberto López Calvo regresó a su pueblo con mucha ilusión, energía, fuerza y ganas de cumplir con su sueño, hacer sus propios vinos de forma natural en su tierra natal.
En 1970 plantó las primeras viñas, en 1990 construyó la bodega y elaboró su primer Alberto López Calvo.
Siempre estaba encantado de compartir su pasión por el vino y la vid con con todos los que se cruzaban por su camino, y eso hasta el final.

Pasión

Era ante todo un amante de la tierra y de su pueblo que siempre ha dado prioridad por mantener y crear más vida en sus viñedos, plantando árboles entre y alrededor de las parcelas para fomentar viveza en el subsuelo para que las cepas se desarrollen en todo su esplendor. Todo para elaborar vinos naturales, sin ningún aditivo, únicamente con uva, en los que puedan expresarse plenamente nuestros terruños.

La herencia

En 2012 a los 84 años mi abuelo fallece, y en marzo 2013 decido dejar mis actividades para instalarme en el pueblo de mis raíces e intentar seguir con la aventura iniciada por mis abuelos.
En octubre 2013 aterrizo en Coruña del Conde, poco tiempo después compro la propiedad a mi familia, en enero 2014 empiezo a trabajar la viña y reformar la Bodega con la ayuda de mi mujer Angélica, mi primo Luis y otros miembros de la familia, que siempre cuando han podido, me han echado una mano. Ese mismo año elaboro mis primeros vinos y desde entonces seguimos con la misma filosofía que mi abuelo, trabajar de forma natural de la tierra a la botella.